El pasado sábado día 5, se celebró la cena de la Hermandad de Nuestro Padre Jesus Ecce-Homo y María Santísima de la Salud y Esperanza, a la cual mi familia está vinculada desde su fundación en la cual colaboraron mi padre y mi abuelo. Yo no pensaba asistír pues por motivos laborales me tocaba estar en casa estudiando, pero después de la insistencia de algunos de los miembros de la junta de Gobierno, me decidí, y allí que nos plantamos. La noche transcurría entre conversaciones de nuevos proyectos, de recuerdos, y sobre todo muchas risas, pero llego un momento en el cual, uno de los miembro de la junta que andaba toda la noche con un micrófono haciendo los sorteos típicos de todos los años, dijo que se acercara mi tio, después nombro a mi hija y por último me nombro a mí, yo que soy bastante vergonzosa me ví en un compromiso y al final también me levanté y fuí a donde se encontraban. Y cuando estabamos los tres, empezó a contar que una persona hacía ya treinta y tres años, realizó el Candelero de Nª Señora de la Salud y Esperanza, el cual había sido sustituido hacía un par de años, y que nos hacían entrega de el mismo , al hijo, a la nieta y a la biznieta de quien lo realizó, y allí llegaron las emociones y salieron los sentimientos por parte de todo el mundo, y más especialmente de nosotros, pues recordamos a esa persona, que fué un gran Ebanista y un gran Cofrade. Recordamos a mi abuelo.
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