Después de un año de ausencia, la Virgen del Rosario Coronada, Copatrona de la ciudad de Granada, volvió a pisar las calles de su barrio, aunque sólo pudo ser por unos instantes debido a la negativa de las instituciones religiosas de la ciudad, pese a tener el permiso de las autoridades civiles, la procesión por las calles de Granada no se pudo celebrar y la Hermandad decidió realizar una procesión por el claustro del convento para finalizar saliendo a la puerta de su parroquia donde cientos de granadinos se dieron cita para ver y vitorear a la "vencedora de Lepanto".
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